El síndrome antifosfolípido (SAF) aumenta el riesgo para padecer tombosis, abortos, muertes fetales y prematuridad. Los anticuerpos antifosfolípidos considerados en los actuales criterios de clasificación son el anticoagulante lúpico, los anticuerpos anticardiolipina y los anti-β2 glicoproteína I,1 sin embargo hay varios estudios que sugieren incorporar nuevos anticuerpos antifosfolípidos a los actuales criterios clasificatorios para detectar un mayor número de casos2,3. Este trabajo tuvo como objetivo determinar la frecuencia de anticuerpos antifosfolípidos en una serie de pacientes en los que se sospechó SAF.