Adicciones comportamentales: qué debe saber el profesional de Atención Primaria

Jacinto Mosquera Nogueira, Carmen Guimeráns Freijeiro

INTRODUCCIÓN

Las adicciones comportamentales, también llamadas adicciones sin sustancia, han merecido en los últimos años una gran atención por parte de los profesionales de la salud mental dedicados al abordaje de estas patologías. Y, evidentemente, esto también nos obliga a los profesionales de la Atención Primaria de Salud (APS) a conocer estas nuevas realidades, a detectarlas y hacer una primera intervención. Pero también ha recibido atención por parte de los medios de comunicación (especialmente las relacionadas con el uso de internet y del juego en línea) que ha generado una cierta intranquilidad en la sociedad, fundamentalmente en padres, por un uso que podría considerarse excesivo por parte de los niños, adolescentes y adultos jóvenes.

Dentro de las adicciones comportamentales se incluyen las adicciones al juego (con o sin dinero, presencial o en línea), las compras, el sexo, las tecnologías de la información y comunicación (TIC), el ejercicio físico… Pero la mera consideración como adicciones está a debate en la comunidad científica. Encontramos posiciones que defienden la utilidad de esta adscripción categórica basada en la similitud sintomática con las adicciones con sustancia y en la activación en ambos casos de similares mecanismos de recompensa, pero también posiciones que rechazan lo que consideran una “psiquiatrización” de conductas.

En la última Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES) realizada en 2019-2020 en la población de 15 a 64 años1, encontramos una prevalencia de posible juego problemático o trastorno del juego (medido por la presencia de al menos un criterio diagnóstico de juego patológico de los recogidos en el Manual DSM 5, del que hablaremos posteriormente) del 1,4% de las mujeres encuestadas y un 2,9% de los hombres. Con respecto a la prevalencia de apuestas con dinero realizadas en el último año a través de internet, los porcentajes son del 4,2% en mujeres y del 9,1% en hombres, mientras que en el juego presencial, los porcentajes suben al 61,2% y 65,9%, respectivamente (con representación gráfica ascendente en relación con la edad). Finalmente, sobre el uso compulsivo de internet, medido mediante el Compulsive Internet Use Scale (CIUS), aparece en el 3,5% de las mujeres y el 3,9% de los hombres, con una representación gráfica claramente descendente según la edad.

En la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES) realizada en 2018-20192, se muestra el consumo de las distintas sustancias y de ciertas conductas de juego durante el último año en estudiantes de 14 a 18 años. Destacan 3 datos: el uso compulsivo de internet, medido por el CIUS, se produce en el 23,4% de las chicas y el 16,4% de los chicos, el uso de videojuegos se produce en en 69% y el 96% y el juego con apuestas en la modalidad presencial en el 15,3% y el 30,7% y en la modalidad en línea en el 3,6% y el 17,4%, respectivamente.

Ante esta realidad epidemiológica y social, el sistema sanitario y, en primer lugar, la APS en su conjunto (médicos y médicas de familia, pediatras, enfermería y trabajadores sociales) debe dar respuesta a esta inquietud desde la perspectiva científica, aportando una visión profesional para estos nuevos retos, lejos del tremendismo pero también del nihilismo.

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AGAMFEC é a Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria, federada da asociación nacional semFYC.

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