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calificación de Sobresaliente y Premio, hoy Matrícula de Honor, en Clínica Quirúrgica II, al desarrollar el tema: “Patogenia, diagnóstico y tratamiento quirúrgicos de los quistes de hígado”. Defendió su trabajo, ante el Tribunal compuesto por los profesores: Sánchez Freire, Piñeiro Pérez y Romero Molezún.
Sanidad Militar.
Ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar con el número uno de su promoción en 1899, seguido de D. Rafael Fernández y Fernández, de La Coruña.
Este hecho fue publicado, siendo muy elogiados por ello, en el Boletín de Medicina y Cirugía, órgano de los alumnos internos, de la Facultad de Medicina de Santiago, el 15 de octubre de 1899. (Bol. Med. y Cir. p.23.)
El Dr. Dimas Romero Vázquez, también médico militar, afirma que hubo empate en puntuación entre ambos que fue resuelto a favor de Gómez Ulla, por ser unos dos años mayor. No podemos confirmar ni negar este aserto.
Gómez Ulla destacó tanto desde el punto de vista organizativo como del científico-asistencial. Todo ello le condujo, desde muy pronto, a ser un distinguido cirujano tanto militar como civil, reconocido unánimemente por la Sociedad española.
Algunas contribuciones y hechos que confirman su talla son:
1.- El hecho de ser el cirujano de la familia Real de Alfonso XIII y su gentilhombre de Cámara.Operó a la propia Infanta María Cristina en las últimas semanas del reinado de Alfonso XIII.
2.- Que destacadas personalidades de la aristocracia, de la sociedad civil y de la ciencia como Roberto Nóvoa Santos lo eligiesen como cirujano en trances graves de su vida. Nóvoa, sospechando que tenía un cáncer gástrico, se puso en sus manos rogándole hiciese una resección amplia, aunque tuviese el riesgo de dejar su vida en el quirófano. Lamentablemente Gómez Ulla y sus ayudantes, encontraron un tumor pilórico ampliamente metastatizado y poco pudieron hacer por la vida del sabio patólogo e intelectual gallego, que falleció a los pocos meses.
Nóvoa, poseedor de una amplia fortuna personal gracias a su consulta y a sus publicaciones, en especial a su Manual de Patología general que fue libro de texto durante años de casi todas las Facultades de Medicina Iberoamericanas, bien podía haberse permitido operarse con cualquiera de los grandes cirujanos europeos y se confió, sin vacilar a su paisano santiagués.
3.-Que le fuese concedida, por el presidente de la II República, la Gran Cruz al Mérito Militar, reservada a Generales, cuando aún era Teniente Coronel. Esta condecoración fue sufragada, en su versión con brillantes, por suscripción de 180.000 militares españoles de todas las graduaciones, como agradecimiento a su destacadísima labor, salvando miles de vidas en la guerra de África. El mucho dinero sobrante se donó a obras de Caridad.
4.-Que se le convocase para participar en trabajos como el libro-homenaje al gran cirujano monfortino, no formado en Santiago sino en Madrid, José Goyanes Capdevila, con motivo de su investidura de este como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burdeos. En él figura la firma de Gómez Ulla, al lado de la de sabios de primer nivel como Santiago Ramón y Cajal, Gregorio Marañón o los profesores Pasteur Vallery-Radot, Del Río Hortega, Jiménez Díaz o los Hermanos Mayo, los famosos cirujanos de la Clínica de Rochester (Minessota), fundada por su padre, que lleva su nombre, entre muchos otros.
En 1903 gana la oposición de acceso al prestigioso Cuerpo Médico de la Beneficencia Municipal de Madrid, compartiendo esta dignidad con muchas de las grandes figuras de la época como los Dres. Madinaveitia, López Elizagaray, Espina y Capó, y tantos otros. También fue Jefe de Cirugía del Sanatorio Hispano Americano, Hospital de Montaña en Guadarrama,